El Karate y los niños


El karate es un arte marcial destinado al desarrollo del carácter y la nobleza a través del entrenamiento práctico, de tal forma que el practicante quede capacitado para superar cualquier obstáculo, no siendo su objetivo final el de vencer a un adversario, sino la formación del individuo.
El karate es una disciplina consagrada a la autodefensa que se ejecuta con las manos vacías y el cuerpo desarmado. Los brazos y las piernas se adiestran sistemáticamente para conseguir que el ataque lanzado por sorpresa por un enemigo pueda ser controlado efectivamente con una demostración de potencia tan grande como empleando armas reales.
Diversos estudios muestran la relación que hay entre el movimiento y el equilibrio de la personalidad. Al observar las técnicas de los karatecas es fácil encontrar situaciones en las que se ejercitan todo tipo de habilidades motoras, (coordinación, equilibrio, agilidad etc.) Asimismo los ejercicios por parejas requieren el perfecto control de los conductos perceptivos (sincronización, ritmo, etc.).
Frecuentemente vemos niños que pasan de ser tímidos, agresivos o poco sociables, a ser niños que encuentran en el diálogo corporal que es el karate, la forma de conocerse a sí mismos, de canalizar su energía y de integrarse en el mundo que les rodea...
Lo anteriormente expuesto cobra especial significado al competir en torneos, donde el alumno mostrará un forma o kata o realizará un combate desplazándose, bloqueando, atacando o contraatacando, el niño expresará su vivencia e ilusión por el trabajo realizado y los conocimientos transferidos por el maestro.
EL BENEFICIO EN LOS NIÑOS (AS)
El karate es una de las disciplinas que más puede contribuir en el proceso de formación de los menores, ya que desarrolla tanto su estado físico como emocional, mejorando de manera considerable su rendimiento escolar y su relación con los que le rodean.

  • Su práctica ejercita la concentración creando hábitos que le ayudarán en sus estudios y en el trabajo.
  • Da confianza y seguridad haciéndole sentir más seguro de sus posibilidades en diferentes soluciones de la vida cotidiana.
  • Genera respeto y educación, haciéndole más comprensivo hacia los otros, creando actitudes positivas ante la sociedad.
  • Lo mantendrá en forma, cuidando su peso y alimentación, dando a su cuerpo la flexibilidad y los estímulos que mejoran su estado físico, reflejos y motricidad que favorecerán su desarrollo.
La categoría de karate infantil incluye a los alumnos entre los 7 y los 14 años de edad, edades en las que cabe diferenciar un tratamiento especial en la enseñanza del karate.
La labor dentro de estos años en que un profesor puede aportar a la formación humana del niño o niña presenta caracteres muy positivos, tanto en el campo de los valores colectivos (Integración en el grupo, compañerismo, respeto mutuo), como individual (emulación, superación, esfuerzo), aunando a estas características internas un desarrollo físico equilibrado en el que se ejercita todo el organismo a manos libres y con igual intensidad.
Considerando al niño como un individuo en plena evolución, la práctica del karate es escalonada, combinada con ejercicios-juegos iniciales con el subsiguiente trabajo teórico-práctico que le permite abordar las etapas siguientes, con el conocimiento técnico necesario, para poder valorar sus progresos lo cual lo lleva a continuar con agrado en el aprendizaje de esta disciplina.
El primer paso de la enseñanza se alcanza en una combinación de respeto y juego sumando a ellos un aprendizaje inicial de la técnica de un modo informal que rompe la frialdad del niño, junto con el ejercicio físico, va fundamentando los conocimientos básicos del karate.
Esta etapa inicial estará encaminada a favorecer las aptitudes naturales del niño, de una forma progresiva y acorde a su desarrollo psicofísico, el karate, les ayuda a desarrollar personalidad y seguridad en sí mismo, a conocer sus potencialidades aún no descubiertas. Armoniza los ejercicios físicos con normas morales y disciplinarias que ayudan a la formación integral de la niñez.
El aporte que un arte marcial como el karate puede hacer a nuestra estructura corporal es grande. Por ello, las primeras etapas de nuestra vida son las mas idóneas para iniciarse en el actividad física, ya que favorece en gran medida el desarrollo psicomotor del infante y lo prepara para acceder a otros aprendizajes superiores.
La práctica del karate desde la infancia puede por ejemplo, y desde el punto de vista físico, prevenir o ayudar a corregir ciertas alteraciones de la columna vertebral. Los ejercicios en posición erecta y equilibrada con entrenamiento de músculos de la espalda y de sostén, hacen rectificar o frenar la formación de estas posturas viciosas.
El karateka infantil no sólo verá mejorado su rendimiento físico si no que irá forjando su espíritu en la disciplina y el desarrollo de una voluntad férrea de trabajo que le acompañará toda su vida.
EN SÍNTESIS:
•Estimula el crecimiento y endurecimiento de los huesos (en adultos disminuye el riesgo de osteoporosis).
•Favorece el desarrollo psicomotor de las menores.
•Favorece el aumento de resistencia corporal (por el estímulo continuado que supone para la bomba cardiaca el entrenamiento constante), así como el desarrollo de la fuerza y la potencia máxima.
•Favorece el desarrollo de la personalidad y la auto confianza.
•Sirve como método de cultura física y autodefensa.
•Retrasa el inevitable declive físico y psíquico que supone la edad (recordemos que es “una forma de vida y de ver la vida” y no sólo un deporte, además potencia las fuerzas físicas mentales). (Vázquez, 2012)
Publicado el Sábado, 03 Marzo 2012 01:33 por Diario del yaqui. Escrito por David Vázquez Ramírez. Recuperado el 3/mar/12 de >> El karate y los niños

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